Pensamientos que no dejan adelgazar
Para adelgazar es necesario adentrarnos a nuestros pensamientos y sentimientos porque nuestro cuerpo es el reflejo de nuestro estado mental y emocional. Las personas saludables han aprendido maneras saludables de afrontar las adversidades de la vida, están más conscientes de sus pensamientos y de sus sentimientos, se enfocan principalmente en las soluciones, no en el problema. Las personas saludables toman la iniciativa aún sin la garantía de lograr el resultado. Saben que para trascenderlo, es necesario pasar por situaciones incómodas, a veces por el dolor y aún así, tienen la voluntad de dar pasos hacia adelante a pesar de la incertidumbre.
¿Por qué nuestros pensamientos son tan importantes?
Existe una relación muy directa entre lo que nos decimos y pensamos de nosotros mismos, cómo estos pensamientos nos hacen sentir y cómo determinan nuestros comportamientos posteriores. Por este motivo es fundamental identificar qué tipo de pensamientos tenemos, qué pensamientos determinan que sigamos comiendo, qué nos decimos, qué dialogo tiene lugar en nuestra cabeza para continuar con la ingesta excesiva. Estos pensamientos pueden determinan qué y cuánto comemos, y con frecuencia son los que nos impiden adelgazar, y avanzar, y tomar buenas decisiones.
Nuestros pensamientos tienen una estrecha relación con nuestras emociones, si somos capaces de ponerle nombre a las emociones, entonces los llamamos sentimientos. Nuestras emociones y sentimientos no son involuntarios sino que son el producto de nuestras interpretaciones y percepciones de nuestros pensamientos y creencias, los cuales pueden afectar de manera notable nuestra salud y a nuestro cuerpo. Si queremos cambiar nuestra conducta, necesitamos prestar atención a lo que pensamos de nosotros mismos, de los demás, de la comida y de las situaciones que vivimos.
Lo que me interesa aclarar y deseo destacar es que las personas que les es difícil adelgazar es porque se identifican mas con los pensamientos y las emociones negativas. Ejemplos: Pensamiento: “No puedo”, (temor), “No seré capaz de lograrlo”, (inseguridad), “No soy lo suficientemente bueno para seguir la dieta”, (vergüenza), “Me molesta que mi novio es flaco y yo no”, (resentimiento). “Porqué los demás comen y no engordan, en cambio a mí hasta el agua me engorda”, (envidia), “Es injusto que yo no pueda comer lo que me gusta”, (rabia). Existen un sin fin de pensamientos y emociones que nos impiden adelgazar.
Los malos pensamientos nos auto-sabotean haciéndonos víctimas de las circunstancias externas. Si nos enfocamos en nuestros aspectos negativos, de los demás o de lo que nos pasa, iremos directo al fracaso. Nuestros pensamientos se convierten en materia, condicionan lo que sentimos y determinan gran parte de nuestra conducta. De hecho, cómo vivimos, demuestra cómo comemos y lo que creemos merecer de nosotros se refleja en nuestra forma de comer.
En conclusión
Si queremos adelgazar lo ideal es centrarnos en las cosas positivas de la vida, en lo que nos hace sentir felices y en paz. En atrevernos a pensar diferente para obtener resultados distintos. Hay que enfocarnos en las soluciones, no en los obstáculos, en dar los pasos necesarios para adelgazar, en persistir hasta lograr la meta sin nunca rendirnos. En pocas palabras, hay que concentrarnos en vivir saludable, en priorizar nuestra salud y en ser conscientes de nosotros mismos.







